La compañía generó utilidades por encima de los $5.000 millones en el primer semestre.
Gustavo Lenis Steffens, presidente de Fabricato, contó qué está haciendo la empresa para que el negocio textil sea rentable de nuevo.
Una buena noticia dio Fabricato esta semana cuando reveló sus estados financieros del primer semestre: la utilidad neta llegó a $5.109 millones, la más alta de los últimos cinco años y una cifra superior, incluso, a la que la compañía se había propuesto para todo el año.
En el primer semestre de 2021, la compañía alcanzó una utilidad de $2.434 millones, lo que significa que en el mismo periodo de 2022 ganó 110% más. Con la ventaja de que en esta oportunidad lo hizo apalancado especialmente en el negocio textil, y no tanto en el inmobiliario, que era el que estaba moviendo la caja en los últimos años.
De hecho, su nivel de ventas aumentó a registros que no se veían desde 2013, ya que ascendieron $235.026 millones.
EL COLOMBIANO habló con Gustavo Lenis Steffens, presidente de la textilera, sobre cómo fue que la compañía alcanzó estos resultados después de más de una década de crisis.
¿Por qué se logran estos buenos resultados ahora?
“Tomamos algunas decisiones que inicialmente nos generaban dudas, como sacar de nuestro portafolio algunas telas, y debo decir que no pocas, que no estaban dando la rentabilidad requerida, eso lo empezamos a hacer en 2020. El primer trimestre de 2021 fue importante en encontrar cómo simplificar nuestras telas, porque había muchas bases y decidimos reducirlas, diferenciándolas más en los acabados que desde la misma confección, con lo que simplificamos el proceso y logramos una mejor utilización de la planta industrial”.
También tienen una estrategia importante con el material recuperado…
“Sí, nos metimos en un proyecto de movilidad del recuperado, para lo cual compramos prendas usadas y lo que hacemos es que abrimos las fibras, hacemos hilos y volvemos a tejer, entonces empezamos a incluir parte del recuperado en las telas, lo que nos da buenos márgenes de rentabilidad y además hace parte de nuestro compromiso con la sostenibilidad: hemos aumentado la cantidad de agua que recirculamos en el proceso industrial, estábamos en 50% y ya vamos como en 63%. Queremos llegar a 80%. También estamos autogenerando casi toda nuestra energía”.
Todos esos esfuerzos que menciona están enfocados en la parte textil, ¿han logrado rentabilizarla?
“Así es, ha habido un trabajo sobre los costos y otro sobre las deficiencias del negocio textil que hoy en día es el que está generando la mayor parte de la utilidad, al core del negocio le debemos el 91% del nivel de ebitda logrado, solo el negocio textil logró un ebitda de $31.393 millones, y al negocio inmobiliario el resto ($3.041 millones). Tenemos claro que nuestra vocación es el textil y que la construcción es algo temporal”.
Precisamente, ¿cómo les va con el negocio inmobiliario?
“El negocio inmobiliario es muy atractivo, pero nosotros tenemos unos activos por desarrollar que son absolutamente finitos: en lo que era Pantex está el centro comercial Parque Fabricato, al que todavía le falta desarrollo inmobiliario, pero ya está construido; tenemos en Ibagué, donde era Fibratolima, un desarrollo inmobiliario que estamos trabajando y, por último, lo que tenemos en Rionegro que está en un porcentaje importante ocupado, entonces ahí no hemos construido nada. Además, están los lotes donde se encuentra la fábrica, pero moverla no será una tarea fácil”.
Desde principios de este siglo las textileras paisas han estado de capa caída, ejemplo de ello es Coltejer, que está cerrada. Luego de todo esa crisis que ustedes también han vivido, ¿Fabricato es una compañía con futuro?
“Sí. Tiene que acometer un montón de cambios, pero sí es una compañía que tiene futuro. Es una empresa que tiene que buscar ese nuevo espacio en el mundo textil sin renunciar a lo que viene haciendo, así como las nuevas posibilidades que existen. Nosotros estamos trabajando, por ejemplo, en el desarrollo de textiles industriales con el que nos hemos hecho un espacio grande, ahora estamos haciendo telas que no se fabricaban en el país: resistentes y retardantes al fuego, y son telas que dejan mucho mejor margen porque tienen un mayor valor agregado”.
Durante la época de crisis en la que se quebraron las textileras, se hablaba de la obsolescencia de sus máquinas y de la necesidad de una inversión altísima en tecnología. ¿Qué pasó con Fabricato?
“Eso es lo que en realidad ocurrió. Nosotros nos hemos modernizado hacia la optimización de procesos como el de aumentar la recirculación del agua, como la planta de material recuperado, pero hay que decir también que Fabricato hace unos pocos años hizo una reconversión industrial muy grande, nuestras 375 telares son muy modernos. Creo que hace falta implementar aún algunos proyectos que tenemos considerados, algunos este año y a 2024”.
Venimos en un año muy complejo, donde todas las industrias hablan de distorsiones del mercado, ¿cuáles han sido esas soluciones creativas que han tenido?
“Ha sido un proceso muy difícil en todo lo que tiene que ver con materias primas. El aumento de precio el algodón ha sido considerable, antes no pasaba de 70 centavos y ahora está a 140 centavos, y todos los pigmentos han sufrido unos cambios muy grandes. Además, tuvimos problemas de abastecimiento, que terminamos sorteando en la medida de nuestras posibilidades y en la medida en que teníamos las materias primas necesarias para elaborar las telas. Este año ha sido menos problemático con las cadenas logísticas aunque no en el precio; incluso desde hace tres semanas el algodón empezó a subir por los problemas de las cosechas en los Estados Unidos. También hemos tenido ventajas con todo lo que está ocurriendo en Oriente, porque si bien nosotros resultamos más caros por mano de obra que China, India y Pakistán, ellos resultaron más afectados con los problemas de abastecimiento, y muchas marcas voltearon a mirar a América Latina como una manera de cambiar el riesgo y no tenerlo todo en Oriente”.
El año pasado planearon una utilidad de $5.000 millones para este año, y ya lograron esa cifra en el primer semestre, ¿cómo proyecta el futuro próximo?
“Es verdad, venimos mejorando mucho los números, pero yo creo que lo más importante es empezar a definir ese espacio que hay en el mercado para fabricarlo. Estamos muy preocupados por el incremento del contrabando, que tiene mucho que ver con el dinero del narcotráfico, y que a nosotros prácticamente nos saca del mercado: cerca del 30% del denim que entra al país es de contrabando. Nosotros estamos a una tercera parte de nuestra capacidad, es decir, podríamos triplicar nuestra operación si el contrabando no existiera, porque el mercado sí está. Hoy estamos fabricando prácticamente para las empresas exportadoras, porque necesitan el origen, pero el mercado local se satisface con telas importadas, muchas de ellas de contrabando”.
TOMADO DE:
https://www.elcolombiano.com/negocios/fabricato-promete-ser-una-textilera-con-futuro-HP18536742
El Colombiano
Por: Olga Patricia Rendón M
Lunes 29 de agosto de 2022